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jueves, 27 de noviembre de 2014

ALCALA DEL RIO Y EL AGUA

Plaza de El Calvario, aún con su fuente, año 1988


Hasta mediados del siglo pasado. la población alcalareña se abastecía del agua de los pozos. del río y de manantiales naturales. y según el historiador Jo Antonio Arteaga Ruiz. en la década de 1920 y 1930. se abastecía también del agua procedente del Filtro y de la Fuente de la Girona, ambas extramuros pero próximas al pueblo y con agua de buena cal idad.  Posteriormente. durante la década de los 40 se utilizaron las numerosas fuentes públicas distribuidas por el municipio a partir de la construcción en 1938 del depósito del agua en La Atalaya. En el interior del núcleo urbano, se encontraba  las fuentes de la Plaza de España, de la Plaza del Calvario,  la plazoleta del Mariano. así como en las calles Mesones y Real; mientras que extramuros eran utilizadas las fuentes ubicadas en  las actuales calles Antonio Machado, Cervantes. Santa Ana y Clavel, además de la fuente del Piojo y la de ·”Los Pinichi'. Entre los manantiales más comunes se encontraban los de la fuente de la Mora, del Tardón y del Cebollero: y sobre todo el manantial de la Huerta del Rey. cuya agua entubada se
Alberca Huerta del Rey, Foto de Juan Velasco Calero

mandaba al Filtro. donde se comercializaba no sólo para abastecimiento de la población sino también para abrevadero de ganado y lavado de ropa. Gregorio García-Baquero publica que la  Alberca de la Huerta del Rey! núcleo de poblamiento antiguo donde se han encontrado vestigios de pretéritas culturas, contó siempre con manantial de buen agua que hasta tiempos recientes abastecía a la población''.

Así se llega hasta principios de la década de los 50. Cuando, durante el mandato del alcalde Diego  García-Baquero Reverte.se introduce el agua corriente en los hogares alcalareños, aunque el uso de los pozo,  alcanzará hasta las puertas del siglo XXI corno se pone de manifiesto en una revista informativa emitida por el Ayuntamiento en 1995, en la que se afirma que 'no es conveniente que una población tenga como origen principal de suministro  los pozos de agua, .a no ser estrictamente necesario. Esto es debido a que los pozos no tienen seguridad ni en la cantidad ni en la calidad del agua. (...)También sabemos que pozos que daban buena agua, por ejemplo. el pozo de Esquive!.en poco tiempo cambia la composición química y ya no se puede beber"'.

El primer  pozo público que se hizo. en Alcalá  del Río, fue el de las Arenas en 1958, que mediante un motor llevaba el agua al antiguo depósito Atalaya. y  de ahi a las fuentes y a algunas casas, ya que en aquella época había muchas calles que no tenían instaladas las conducciones. Cuando se empezó a abastecer a una gran parte de las viviendas alcalareñas. en la década de 1960.por necesidades del servicio se hicieron más pozos. uno frente al matadero municipal. en el año 1967.que se conectó con la red principal. y otros cedidos por los propietarios de las fincas donde se encontraban, aunque seguían siendo del Ayuntamiento 


 En la década de 1970 ya todas las casas disponían de agua corriente. por lo que se necesitó realizar un nuevo sondeo en la la zona denominada  Cortijo del Águila, en San Ignacio por la carretera de Burguillos. Este pozo, de titularidad municipal. estuvo en activo 5 años hasta que se agotó y se hizo otro sondeo. de una profundidad de 79 metros. en la zona de Guillena que también se fue agotando. Como Alcalá del Río comienza a crecer mucho en esta época.se necesitó hacer otro pozo en la Vega en el Cortijo de Pedro Parias, que fue cedido por sus dueños al Ayuntamiento en el año 1991. Si bien  las aguas de estos pozos en principio eran todas buenas, con la ampliación de las actividades agrícolas, los nitritos se filtran desde el terreno provocando  la contaminación del agua subterránea. y a partir de entonces sanidad no la considera apta para el consumo.

En relación al saneamiento, antiguamente las casas tenían un pozo negro en el cual y no había alcantarillado. Primero se instaló sólo el abastecimiento por lo que las aguas residuales iban al arroyo Gabino, que desemboca en el Guadalquivir. En la década de 1960 cuando se incorpora el saneamiento. se construye un colector principal. un ovoide de hormigón de 1 .20 de diámetro para llevar las aguas residuales.

Lavanderas fuente de El Filtro 1930. Foto de Dolores Rubio Terriza
Al igual que en la mayoría de los pueblos sevillanos, fueron también relevantes  puntos de encuentro  los lavaderos, donde proliferaba la presencia femenina. El lavadero de la fuente Calistre y el de l a Girona disponían de pilas individuales hasta las que llegaban las mujeres con la ropa y el refregador, aunque algunas de ellas iban hasta el arroyo Herrero, distante casi dos kilómetros, cargando en la cabeza con una panera de madera en la que llevaban la ropa sucia. Hasta mediados del siglo pasado perduraron estampas como éstas y como la de los aguadores conduciendo la pipa de agua que acarreaba un mulo. Su presencia es ancestral ya que se tiene constancia de su existencia en 1671 cuando el cabildo municipal les fija el precio de los cántaros abonables en 6 maravedís hasta la Iglesia Mayor; 8 hasta la Laguna; y 3 hasta las Ventillas. El manantial de la Huerta del Rey era uno de los surtidores para los 4 aguadores que seguían operando a mediados del siglo pasado en el pueblo aunque su agua llegaba entubada hasta el Filtro, donde se comercializaba no sólo para el abastecimiento a la población sino también para dar de beber al ganado en el pilón contiguo y para el lavado de la ropa en las 24 pilas existentes.

También había una fuente que servía de abrevadero de reses y recogida de agua en cántaros al principio de la calle Asunción y además se vendía el agua procedente de la fuente que pertenecía a la familia de "La Girona".


El agua de A lcalá  del Río era de mala calidad y tenía mucha cal y los pozos eran de agua salobre, que se utilizaba para  limpiar. Algunos  propietarios  la cobraban, como el de l a cal le Aguas Duras o de la calle Padre López. La mayoría de vecinos tenían pozos, algunos de los cuales eran para varias casas accediéndose a ellos a través de un pasillo como el de la calle Antonio Reverte, que daba servicio a cuatro viviendas.

Nota.- Extraido del libro HISTORIA DEL AGUA, editado por Emasesa año 2011

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